La importancia de una correcta identificación de peligros y riesgos en el trabajo

Muchas de las herramientas de los sistemas de gestión terminan transformándose en una carga burocrática y en una simple formalidad para lograr la certificación de los sistemas de gestión. Así, terminamos realizando tareas de forma automática. Esto es algo común cuando no profundizamos en el requerimiento y no analizamos la filosofía y el porqué de su desarrollo en un sistema de gestión.

La identificación de peligros y riesgos suele caer en este lugar común, donde las herramientas pierden efectividad y terminan siendo una mera carga para la persona que las realiza. Pero, ¿qué es lo fundamental en esta herramienta para que sea de verdadera utilidad y no un simple inventario que queda como un documento obsoleto?

La respuesta no es tan obvia como podríamos creer. Lo primero que debemos señalar es que la identificación de peligros y evaluación de riesgos tiene al menos dos etapas bien marcadas. La primera etapa, y la más exhaustiva, es la del inventario de riesgos. En esta etapa, el profesional de seguridad debe acompañar al trabajador, figura clave en este proceso, para realizar un relevamiento de todas las tareas en las cuales se ve involucrado en su día a día. Es muy importante poder revisarlo con dos enfoques prioritarios: uno para las tareas rutinarias y otro para las tareas no rutinarias o eventualidades. De esta manera, al inventariar todas las tareas y con la ayuda del profesional de seguridad, se van identificando los riesgos asociados a las tareas y se establecen las medidas de control para esos riesgos. Cada riesgo debe tener al menos una medida de control que asegure la contención del riesgo identificado. Como mencionamos anteriormente, esta tarea puede ser la más exhaustiva, ya que hay que documentar todas las tareas, identificar todos los riesgos y establecer las medidas de control necesarias. Pero también es cierto que es una tarea fundamental para llevar a cabo una correcta gestión de seguridad en cualquier organización. En esta etapa es fundamental ser lo más transparente posible y volcar todo lo identificado. Aquí nos ayudará mucho darle un enfoque estratégico, donde mediante la valoración podremos establecer dónde pondremos el foco como organización, ya que los recursos no son infinitos y hay que administrar lo que tenemos disponible.

Como dijimos anteriormente, es importante establecer cuál es la filosofía de esta herramienta. Estamos identificando y evaluando para priorizar, mediante la magnitud de cada riesgo, dónde pondremos el foco estratégico. Medir para mejorar, establecer metas para superarlas.

La segunda etapa viene casi de forma instantánea al finalizar la primera de identificación de peligros y evaluación de riesgos. Esta es la etapa donde nuestra matriz de peligros y riesgos, comúnmente llamada por las siglas IPER, toma vida y se transforma en la columna vertebral de nuestra gestión de seguridad. ¿Pero cómo haremos esto?

Sabemos que cada riesgo tiene asociada una magnitud de riesgo, la cual nos indica cuáles son los riesgos significativos. También tendremos una jerarquización de las medidas de control, que nos dirá cuáles de las medidas establecidas son de eliminación de la fuente de riesgo, de confinamiento de esta fuente, de control administrativo (que puede ser un procedimiento) y de uso de elementos de protección personal. Con esta clasificación tenemos una parte fundamental de nuestra matriz. Al planificar el trabajo de los responsables de seguridad, me enfocaré de esta manera:

El trabajo de auditoría en terreno, donde está el riesgo, se hará enfocado en verificar que las medidas de control que establecí como eliminación y confinamiento estén presentes y permanezcan en el tiempo.

El control sobre las medidas administrativas o procedimientos, asegurando que se estén ejecutando, que estén actualizadas, y sobre los elementos de protección personal.

De esta manera, luego de mis controles y auditorías, debo asegurarme de volver a la matriz y actualizar su estado si el resultado muestra que algo ha cambiado en el terreno.

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